Por Paula Catalina Betancourt, Terapeuta Espiral.
EL SILENCIO es el espacio en el que podemos sentir realmente quienes somos. Nuestra cultura consumista nos enseña a estar alertas, en movimiento, en constante hacer; estar afuera en la constante satisfacción de las necesidades de nuestro ego.
He encontrado personas que se sienten incapaces de estar solas por mucho rato y más aún en silencio, pues parecen no encontrar sosiego, sienten miedo y se abandonan a una perpetua compañía, aunque esta pueda ser la menos sana de las opciones. Realmente puedo comprender esta sensación, la viví años atrás cuando apenas entendía que no me conocía... y ahora al recordarla sonrío y me alegro enormemente de disfrutar elegir estar en soledad, en silencio, en conexión con mi ser.
Los momentos de quietud, silencio y centramiento, son el camino más poderoso para encontrar claridad de quienes somos realmente. ¿Cómo puede el silencio y la quietud darnos respuestas tan poderosas? Porque es allí donde podemos permitirnos sentir, escuchar nuestra voz interior y conectar con la energía del conocimiento y el amor.
Acción: Cerrar los ojos, ponerse cómodo y respirar profundo. Concentrarse sólo en la respiración. Es un proceso que comenzará a dar sus frutos.
EL AMOR... AMOR
La palabra más hermosa o más aterradora que pueda existir. ¿Quién alguna vez no ha pensado en el AMOR, como algo maravilloso, romántico y hasta apasionado ; o por el contrario, como algo amargo, conflictivo y hasta estúpido, que te hace perder la razón?
En la perspectiva terrenal el amor es una emoción que genera cantidad de sensaciones y puede aparecer y desaparecer fácilmente. Lo asociamos con la pareja, los hijos, los padres, objetos y animales. Le damos una forma y hasta lo satanizamos cuando las expectativas nuestras que tenemos con otro ser u objeto no son cumplidas. En nuestra cultura llamamos mal al amor, confundiéndolo con apego, celos, control, miedo a perder, pasión, entre muchas otras cosas.
Desde la perspectiva espiritual (no me refiero a ninguna religión) el amor es lo que somos, es eso que todo lo contiene.
El amor hace parte de las leyes universales que el EGO ha bloqueado una y otra vez. El amor es la fuerza que nutre, protege, actúa en creatividad y permite la libertad a quien a de ser. Quien aprenden a conocer el amor, más allá de las sensaciones que le genera su presencia, encuentra que este es ilimitado, y que no existen barreras para compartirlo pues este vive desde su verdadera esencia.
Acción: Cerrar los ojos, ponerse cómodo y respirar profundo 3 veces y luego de forma rítmica, pausada y sin esfuerzo, sintiendo que el aire entra simbólicamente por el centro del pecho, hasta que puedas sentir tus propias pulsaciones.
LA VULNERABILIDAD
¿Qué significa para ti sentirte vulnerable?
En el acompañar personas en sus procesos de introspección, he observado como para la mayoría sentirse vulnerable es incomodo, pues pasamos al estado de supervivencia de forma inconsciente. Ser vulnerable significa estar fuera de control, algo que muchos no deseábamos sentir hasta que comprendimos su importancia y lo observamos como un posibilitador.
Comprendo la vulnerabilidad como un estado en el que estamos expuestos, no a merced del otro, sino desde nuestra propia percepción, mostrando nuestra propia esencia. Reconocer en nosotros y en el otro la sensibilidad, la humanidad y la grandeza que realmente existe, al quitarnos el escudo, permitiéndonos ser la luz y el amor que nos habita... Y es solo desde allí, donde comprendemos como el poder que cada uno ejerce sobre otro (menos consciente de su propio poder) ya sea desde el miedo o el amor, puede dejar huellas imborrables.
Vulnerabilidad no es debilidad, es humanidad, es conexión, es apertura.
Acción: Toma una pausa, cierra los ojos, respira. Comienza a sentir que no tienes el control de nada. Recuerda un momento en el que te sentiste vulnerable de forma consciente y date cuenta que es eso a lo que realmente le temes cuando estás vulnerable.
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